martes, 14 de julio de 2015

¿Dónde estas?

Por Gabriela Pérez Guaita

Convocada por la agencia Córdoba Cultura me encontré trabajando en el Paseo del Buen Pastor, lugar emblemático de la Cuidad de Córdoba  debido a su historia.

Invitada  a participar de la muestra colectiva “Interviniendo el espacio público”, que se  realizó el 4 de Octubre del 2012, abordé los exteriores del lugar.  Durante los momentos de descanso recorrí el predio y observe la puesta de los demás artistas.

En la galería ubicada en planta baja Liliana Dinegro desplegaba sus estrategias de  montaje,  noté que había estudiado muy bien el lugar elegido  para su intervención. Por las características de la obra se podía decir que me encontraba frente a un proyecto de “sitio especifico”. Para los que no están familiarizados con la terminología, este es el modo de denominar dentro del campo del arte a las  instalaciones creadas y planificadas a partir de un espacio determinado.

Liliana  midió, tiró líneas, logró retículas perfectas con cinta de enmascarar sobre las paredes seleccionadas para dicha práctica. Mientras fue transitando el día pude ver cómo las retículas se fueron llenando de retratos pertenecientes a Facundo Rivera Alegre y  a Yamila  Cuello, ambos desaparecidos hace algunos años. Según comentarios de sus familiares, quienes junto a organizaciones sociales se han preocupado en darle visibilidad a los hechos, la investigación policial no arrojaba resultados esclarecedores de los motivos de sus ausencias.

Debido a esto, comprendí que la obra de la artista se enmarcaba en el arte público y tomaba  forma de intervención. Sus acciones parten de problemas sociales como la  trata de personas, la violencia policial, la corrupción, los problemas ambientalistas, entre otros.

Los proyectos de Dinegro tienen una estructura abierta que motiva la participación del público no especializado y heterogéneo, incentivando la reflexión, movilizando los sentidos, interpelando su contexto y cuestionando.  El lenguaje gráfico y textual de su trabajo provoca encuentros sin mediaciones de carácter efímero, generando un vínculo con el lugar y el observador. De este modo la interacción se vuelve un elemento importante en la estructura participativa de la obra, ya que el espectador es invitado a interactuar convirtiéndose parte de la misma. Por ello, la experiencia artística se comprende en términos vivenciales. Además, puedo decir que la acción de la artista contiene un factor estratégico que es el desarrollar su obra en un espacio de libre acceso al público.

¿Dónde estas? me invitó a  participar  al tomar  uno de los retratos convertidos en símbolo de lucha y resistencia, para  luego  pegarlo en otros espacios de la cuidad extendiendo la obra en forma de  red, por lo que  continué la acción, multiplicándola, difundiéndola, prolongándola en el tiempo. Esta combinación de lenguajes, abrió la posibilidad de diálogos entre la imagen y la arquitectura modificando el espacio: es allí donde se hacen presentes los conceptos de localidad y territorialidad.

Ante lo expuesto puedo decir que el discurso del arte hace posible pronunciar frente a determinadas estructuras políticas y sociales, reflexiones a través de la imagen y a veces de la palabra en un acto de mostración.

Finalmente, la obra es para mí una representación de la ausencia, la memoria y el reclamo.