¿Dónde estas?
Por Gabriela Pérez Guaita
Convocada
por la agencia Córdoba Cultura me encontré trabajando en el Paseo del Buen
Pastor, lugar emblemático de la Cuidad de Córdoba debido a su historia.
Invitada a participar de la muestra colectiva “Interviniendo el espacio público”, que
se realizó el 4 de Octubre del 2012,
abordé los exteriores del lugar. Durante
los momentos de descanso recorrí el predio y observe la puesta de los demás
artistas.
En
la galería ubicada en planta baja Liliana Dinegro desplegaba sus estrategias de
montaje, noté que había estudiado muy bien el lugar elegido
para su intervención. Por las
características de la obra se podía decir que me encontraba frente a un
proyecto de “sitio especifico”. Para los que no están familiarizados con la
terminología, este es el modo de denominar dentro del campo del arte a las instalaciones creadas y planificadas a partir
de un espacio determinado.
Liliana
midió, tiró líneas, logró retículas
perfectas con cinta de enmascarar sobre las paredes seleccionadas para dicha
práctica. Mientras fue transitando el día pude ver cómo las retículas se fueron
llenando de retratos pertenecientes a Facundo Rivera Alegre y a Yamila
Cuello, ambos desaparecidos hace algunos años. Según comentarios de sus
familiares, quienes junto a organizaciones sociales se han preocupado en darle
visibilidad a los hechos, la investigación policial no arrojaba resultados
esclarecedores de los motivos de sus ausencias.
Debido
a esto, comprendí que la obra de la artista se enmarcaba en el arte público y
tomaba forma de intervención. Sus
acciones parten de problemas sociales como la trata de personas, la violencia policial, la
corrupción, los problemas ambientalistas, entre otros.
Los
proyectos de Dinegro tienen una estructura abierta que motiva la participación del
público no especializado y heterogéneo, incentivando la reflexión, movilizando
los sentidos, interpelando su contexto y cuestionando. El lenguaje gráfico y textual de su trabajo
provoca encuentros sin mediaciones de carácter efímero, generando un vínculo
con el lugar y el observador. De este modo la interacción se vuelve un elemento
importante en la estructura participativa de la obra, ya que el espectador es
invitado a interactuar convirtiéndose parte de la misma. Por ello, la
experiencia artística se comprende en términos vivenciales. Además, puedo decir
que la acción de la artista contiene un factor estratégico que es el
desarrollar su obra en un espacio de libre acceso al público.
¿Dónde estas?
me invitó a participar al tomar uno de los retratos convertidos en símbolo de lucha
y resistencia, para luego pegarlo en otros espacios de la cuidad extendiendo
la obra en forma de red, por lo que continué la acción, multiplicándola,
difundiéndola, prolongándola en el tiempo. Esta combinación de lenguajes, abrió
la posibilidad de diálogos entre la imagen y la arquitectura modificando el
espacio: es allí donde se hacen presentes los conceptos de localidad y territorialidad.
Ante
lo expuesto puedo decir que el discurso del arte hace posible pronunciar frente
a determinadas estructuras políticas y sociales, reflexiones a través de la imagen
y a veces de la palabra en un acto de mostración.
Finalmente,
la obra es para mí una representación de la ausencia, la memoria y el reclamo.